Y entonces te veo, desde lejos, con tus amigos,
con la mirada bajada pero a la vez con una sonrisa enorme en la cara.
Y yo, embobada, en
esos instantes, veo como levantas la cabeza y la mirada con tus preciosos ojos
marrones, que no serán el mejor color del mundo pero a mi me parecen los mas
bonitos del mundo.
Y entonces un
escalofrío me pasa por todo el cuerpo, siento como no puedo tragar del nudo que
tengo en la garganta, noto como me sale una pequeña sonrisa, que hacía tiempo
que no sacaba.
Y en ese instante, de
alegría, me viene otro triste y de rabia, de saber que las cosas no creo que
cambien, que las ganas de tenerte son cada vez más grandes y las fuerzas cada
vez son menores.
Entonces, siento otra
vez ese frío, y noto como mis ojos se me enrojecen y esa sensación y ganas de
llorar va aumentando poco a poco, entonces trago, cierro los ojos y entonces
sigo andando con las mismas ganas del principio de tenerte.