miércoles, 17 de abril de 2013


La razón y la pasión son el timón y las velas de nuestra alma navegante. Si nuestras velas o nuestro timón se rompen, no podrías flotar sino ir a la deriva, o quedar inmóviles en la inmensidad del mar. Porque si la razón gobierna sola es una fuerza que limita; y la pasión desgobernada es una llama que arde hasta su propia destrucción

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