Todos dicen que sonreír
es fácil, que siempre puedes sacar una sonrisa. Ellos
mismos saben que no es verdad, que a veces es prácticamente imposible. Y
ahí es cuando llegas tu, me tomas de la mano sonriendo y me apartas de ese
mundo al que, en ese momento, no quiero pertenecer. Y
con eso, con ese simple hecho me haces sonreír sin ni siquiera proponértelo.
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